Para muchos, las gafas son no solo una necesidad para ver bien, sino también parte de su imagen personal. Unas gafas bien elegidas pueden dar estilo y realzar nuestro rostro; pero, ¿sabías que ciertos errores al usarlas podrían sumarte años de apariencia sin querer? En efecto, detalles como el tipo de montura, la forma de llevarlas o incluso descuidos en su mantenimiento pueden hacer que te veas mayor de lo que eres. ¡No te preocupes! Aquí te contamos los 5 errores más comunes al usar gafas que pueden envejecer tu rostro, con consejos prácticos para evitarlos. Así podrás lucir tu mirada con frescura, estilo y confianza, manteniendo una imagen juvenil y profesional.
Error 1: Usar siempre las mismas gafas (sin actualizarlas)
¿Recuerdas esas gafas que compraste hace 5 o 10 años y aún usas a diario? Aunque te resulten cómodas, llevar el mismo par de gafas por años puede estancarte en un look anticuado. Las modas en monturas evolucionan y, al igual que la ropa, usar un estilo desactualizado puede hacerte ver mayor. Además, con el tiempo las gafas se decoloran, se rayan o deforman ligeramente, dando una apariencia desgastada. Piensa que si siempre te ven con las mismas gafas, tu imagen se vuelve monótona; quienes te rodean pueden asociar ese look invariable con envejecimiento. Cómo evitarlo: Renueva tus gafas periódicamente. No tiene que ser cada año, pero sí considera actualizar tu montura cada 2 o 3 años para refrescar tu estilo. Incluso es recomendable tener más de un par y alternarlos – por ejemplo, unas gafas de color o forma distinta para ocasiones informales y otras para el trabajo. Variar tus monturas le da dinamismo a tu imagen y evita el efecto “siempre igual” que envejece. Si tus lentes actuales todavía te funcionan, puedes cambiar solo la montura manteniendo tus cristales (muchas ópticas lo hacen). Atrévete a probar diseños modernos que vayan con tu personalidad; verás cómo un cambio de gafas puede restarte años visualmente.
Error 2: Elegir una montura poco favorecedora (forma o color incorrectos)
“No son las gafas las que envejecen, sino escoger unas poco favorecedoras”, dicen los expertos en óptica de moda. Un error común es usar monturas que no armonizan con tu rostro en forma o tono. Por ejemplo, gafas demasiado pequeñas o que se deslizan hacia la punta de la nariz pueden acentuar rasgos decaídos, dando un aire “de abuelito(a)”. O unas monturas muy gruesas y oscuras en un rostro pequeño pueden endurecer tus facciones. Cada rostro es distinto: hay formas de gafas que rejuvenecen y otras que acentúan la edad. Cómo evitarlo: Busca monturas que favorezcan la forma de tu cara y tengan un estilo actual. Un truco: las monturas con líneas ascendentes (como el clásico estilo “cat-eye” para mujer) pueden levantar la mirada y atenuar arrugas, creando un efecto más juvenil. En hombres, unas gafas rectangulares de bordes limpios suelen dar un aspecto moderno sin añadir edad. El color también importa: tonos muy apagados o metálicos antiquísimos podrían empalidecer tu tez, mientras que colores cálidos o neutros modernos iluminan el rostro. Por ejemplo, en cabello con canas, unas gafas de color azul marino o borgoña añaden vida. Si tienes dudas, asesórate con el optómetra o estilista en la óptica; hoy muchas ofrecen consultoría de imagen para ayudarte a elegir unas gafas que te resten años en lugar de sumarlos. Y recuerda, evitar ese modelo que “usaría la abuela” – opta por formas clásicas pero con toque contemporáneo.
Error 3: Descuidar la limpieza y tratamientos de los lentes
Puede sonar superficial, pero llevar los lentes sucios, rayados o con reflejos excesivos sí afecta cómo luce tu rostro. Unos cristales opacos obligan a entrecerrar los ojos para ver, formando líneas de expresión; además, tapan la ventana a tus ojos, haciéndote ver cansado o mayor. Por otro lado, si tus gafas no tienen tratamiento antirreflejante, es común que bajo luces o en fotos aparezcan reflejos blancos verdosos que ocultan tus ojos. Esto no solo es molesto visualmente, sino que estéticamente quita vida a la mirada (ojos ocultos tras destellos dan impresión de mirada apagada). Cómo evitarlo: Limpia tus gafas a diario con un paño de microfibra y líquido específico. Unos lentes transparentes muestran mejor tus ojos y expresiones, dándote un aire más cercano y vital. Invierte en lentes con antirreflejo de buena calidad; este recubrimiento elimina casi todos los destellos, haciendo los lentes prácticamente invisibles. Con antirreflejante, tus ojos se ven claros y brillantes detrás de las gafas, lo cual se asocia con juventud y vitalidad. Además, reduce el esfuerzo visual – unos lentes con 99% de transmisión de luz gracias al antirreflejo te darán una visión más nítida y relajada, evitando que frunzas el ceño por reflejos. Y por supuesto, si tus cristales están muy rayados (lo que genera una “neblina” constante), es hora de reemplazarlos. Pulir tu imagen a veces comienza por pulir –literalmente– tus lentes.
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Error 4: No usar gafas de sol (¡arrugas a la vista!)
Así es, no usar gafas de sol en exteriores puede estar envejeciendo tu rostro silenciosamente. Cuando sales a la calle sin protección ocular, el brillo solar te hace entrecerrar los ojos y fruncir el ceño repetidamente. Con el tiempo, esos gestos contribuyen a arrugas en la frente y “patas de gallo” alrededor de los ojos. Además, la radiación UV del sol acelera el envejecimiento de la piel – se calcula que alrededor del 80% del envejecimiento facial se debe a la exposición al sol. La piel del contorno de ojos es fina y especialmente vulnerable, resultando en líneas y manchas. Cómo evitarlo: Usa gafas de sol con protección UV siempre que haya sol fuerte, incluso en días nublados luminosos. No solo te hacen lucir más elegante, sino que previenen las arrugas causadas por el sol – de hecho, los dermatólogos y expertos en belleza consideran las gafas de sol un aliado para lucir más joven. Elige un modelo amplio que cubra bien el área ocular. Notarás que al usarlas dejas de fruncir los ojos, manteniendo un semblante relajado. Y como bonus, protegerás la salud de tus ojos (previniendo cataratas, pingüéculas, etc.). Es un error subestimar el poder de unas buenas gafas oscuras: corrígelo incorporándolas a tu rutina diaria al salir, ¡tu piel y tus ojos te lo agradecerán con los años!
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Error 5: Forzar la vista o usar una graduación inadecuada
Quizás te sorprenda, pero no usar la graduación correcta de gafas también puede hacerte lucir mayor. ¿Por qué? Porque cuando ves borroso tiendes a fruncir el ceño, acercar o alejar mucho lo que lees y entrecerrar los ojos, gestos que denotan tensión y envejecen tu expresión. Imagina a alguien intentando leer una carta alejándola con el brazo extendido y ceño fruncido – suele percibirse como “vista cansada”, algo que asociamos con edad avanzada. Si sigues usando unas gafas antiguas que ya no están a tu medida, es probable que estés forzando la vista sin darte cuenta. Lo mismo ocurre si necesitas gafas pero por vanidad o descuido no las usas: pasas el día con la frente arrugada tratando de enfocar, lo cual con el tiempo marca líneas permanentes. Cómo evitarlo: Asegúrate de tener al día tu examen de la vista y utilizar la corrección adecuada para cada distancia. Si ya tienes arrugas de esfuerzo en el entrecejo, puede ser señal de que llevas años forzando la vista. Con las gafas correctas, notarás que relajas la mirada – tus ojos estarán más abiertos y descansados. Para lectura cercana o trabajo en pantalla, no dudes en usar tus gafas de presbicia si las necesitas, en lugar de quitarte las gafas e intentar arreglártelas (un hábito de muchos que termina en expresión de esfuerzo). En pocas palabras, ver bien te permite tener un semblante relajado y atento, propio de alguien con energía juvenil. Adicionalmente, si sueles inclinar la cabeza o ponerte las gafas en la punta de la nariz para mirar por encima (típico de quien usa gafas solo para ver de cerca), considera unos lentes bifocales o progresivos – así mantendrás una postura natural al mirar, evitando gestos poco favorecedores.
Conclusión
Las gafas pueden ser tus grandes aliadas para lucir joven y moderno, siempre que evites esos errores que hemos mencionado. Actualizar tu estilo de montura, cuidar la limpieza y las prestaciones de tus lentes, proteger tus ojos del sol y usar la graduación correcta marcarán una diferencia enorme en tu apariencia. Recuerda que verse bien va de la mano con ver bien: unas gafas adecuadas no solo te quitan años de encima en lo estético, sino que también te ayudan a no fruncir el ceño ni forzar la vista – manteniendo una expresión facial suave y descansada. Si no estás seguro de qué cambio hacer, acércate a tu óptica de confianza; en Colombia contamos con excelentes profesionales en las tiendas de gafas que pueden asesorarte en estilos actuales y en las mejores opciones para tus necesidades visuales. Renueva tu mirada y dile adiós a ese aspecto envejecido. Con unos sencillos ajustes, tus gafas pasarán de “postizarte años” a convertirse en un toque de estilo que refleje tu personalidad vibrante y te haga lucir tan joven como te sientes.